EL RAPTO ¿QUIENES FORMARAN PARTE?

En este grupo se encuentran todos aquellos que tras escuchar el evangelio, se arrepintieron y aceptaron a Cristo como Salvador personal, entrando a formar parte de la amada iglesia de Cristo, la esposa del Cordero. Todos ellos, sin que quede uno solo, serán levantados por el Señor para recibirlo en el aire. Pero veamos a continuación cuáles son las características comunes que los distinguen, ya que a juzgar por las apariencias muchas veces es difícil saber quién es quien.
A) TODOS TIENEN EL ESPÍRITU SANTO – La Biblia dice: "En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gracia" (Ef. 1:13-14).
En este pasaje Pablo indica que el sello de nuestra salvación es el Espíritu Santo que recibimos en el momento de aceptar a Cristo. Esto ocurrió cuando oímos el evangelio y creímos en él, arrepintiéndonos de los pecados. En ese momento, Dios nos selló entregándonos el Espíritu Santo como regalo, sin que lo pidiéramos, como cumplimiento de su promesa, como garantía de que somos de él y que nunca más podremos perder esa condición y ser de otros. El Sr. Jesucristo dijo: "El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido glorificado(Jn. 7:38,39).
Note que dice Jesús, "El que cree en mí, como dice la Escritura" ... El no dijo como dice el Vaticano, la tradición, la religión, o tal o cual denominación. Cuando una persona cree bíblicamente en Cristo, recibe el Espíritu Santo. Note además que Juan destaca, que "esto dijo del Espíritu Santo que habían de recibir los que creyesen en él" (vrs. 39). Ni el apóstol, ni el Sr. Jesucristo dijeron que debíamos gemir, llorar, ayunar e implorar el bautismo del Espíritu Santo, sino que se trata de una promesa divina e infalible. Los que creen en Cristo como dice la Escritura, automáticamente reciben ese Espíritu. Y lejos de recibirlo parcialmente, "de su interior correrán ríos de agua viva". ¡Esto sí que es el bautismo del Espíritu Santo!
También dice la Biblia: "Porque en un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu"(1 Co. 12:12). "Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo..." (Gá. 4:6). Todos estos pasajes exhiben como factor común la prueba de que todo hombre o mujer que se arrepiente y deposita su fe en Cristo, recibe el Espíritu Santo y es hecho Hijo de Dios. El secreto está en recordar que es una promesa divina. Eso es lo que los redimidos tienen en común, porque cuando arrepentidos aceptaron a Cristo como Salvador, recibieron el Espíritu Santo, ya que de otra manera no podrían vivir la vida cristiana.
Los creyentes, los hijos de Dios, tienen algo en común con su Salvador, el Espíritu Santo que les ha sido otorgado, y un día todos serán levantados arriba con su Señor, por eso no es raro que la vida de los regenerados tenga mucho en común con la de Cristo, después de todo ¿acaso no dice la Escritura que "El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo?" (1 Jn. 2.6).

B) TODOS CREEN EN LA SANTIDAD ÍNTEGRA – Los que tomarán parte del rapto, creen también en la santidad completa – tanto del cuerpo, como del alma, ya que dice la Escritura: "Y todo vuestro espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo" (1 Ts. 5:23b).
Los hijos de Dios comprenden que no pueden engañarse a sí mismos siendo una cosa y pretendiendo ser otra, aunque esto no significa que no cometen faltas, sino que tan pronto como caen se levantan. Ellos como hijos de Dios sienten profunda tristeza y angustia por haberle ofendido. Por eso tenemos la oportunidad de confesar nuestros pecados y dejarlos, sabiendo que Dios nos perdona, limpia y restaura. Las personas regeneradas no preguntan si las bebidas embriagantes son permitidas o no, si se puede beber moderadamente, si el divorcio está bien y en qué casos, o el juego de azar, etc. Puesto que saben que la santidad debe ser en cuerpo, alma y espíritu, no tienen interés en esas cosas que antes eran parte de sus vidas. Las diversiones como bailes y fiestas mundanas les son ahora ajenas, ni siquiera les atraen ya que todo eso corresponde a los mundanos que no han sido separados para Dios.

No olvidemos que la iglesia de Cristo se compone de un grupo selecto y cada uno de sus integrantes es una verdadera antorcha en este mundo. Pese a todo existe una tendencia muy marcada de cantidad y no de calidad. Todos queremos ser pastores de congregaciones muy numerosas y aunque esto no tiene nada en contra de las iglesias con muchos miembros, lo cierto es que el Sr. Jesucristo puntualizó una y otra vez, que son muchos los que dicen ser cristianos sin serlo. Y dice la Escritura: "Y alguien dijo: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él les dijo: Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán. Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos, el respondiendo os dirá: No sé de dónde sois. Entonces comenzaréis a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste. Pero os dirá: Os digo que no sé de dónde sois; apartaos de mí todo vosotros hacedores de maldad. Allí será el llanto y el crujir de dientes, cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros estéis excluidos"(Lc. 13:23-28).
Notemos que Jesús dice: Esforzaos a entrar por la puerta angosta. Pero, ¿por qué tenemos que esforzarnos si él ya hizo todo por nosotros? Bueno, es obvio, la Biblia nunca sugiere que la salvación se obtiene mediante una fe teórica, puramente mental. Vivir la fe que decimos tener, no es lo mismo que estar de acuerdo con las doctrinas de Cristo y la salvación por la gracia. La vida del verdadero cristiano es esforzada, vigilante, santa y pura. El cristiano debe cuidarse por todas partes: de las falsas doctrinas, falsos hermanos, del mundo con sus atractivos y ofertas ventajosas, de los vicios, las tentaciones, fantasías, pornografía, los impulsos carnales, las ambiciones descontroladas y muchas otras cosas que constituyen una seria amenaza para su vida espiritual. El cristiano siempre debe estar atento, sabiendo que la fe verdadera va acompañada de una vida totalmente transformada.
DESEA USTED SER PARTE DE ESTA GRAN FAMILIA?
SI AÚN NO HAS ACEPTADO A JESÚS COMO TU SEÑOR Y SALVADOR QUIERO DECIRTE QUE NO ES TARDE PARA RECIBIRLE Y TENER TODO SU AMOR Y SABIDURÍA Y PUEDES COMENZAR CON UNA ORACIÓN COMO ESTA:
"SEÑOR JESÚS TE NECESITO ME ARREPIENTO DE LA VIDA QUE HE LLEVADO ALEJADO DE TI, TE DOY GRACIAS POR MORIR POR MI EN LA CRUZ Y VENCERLA, PARA PAGAR POR EL CASTIGO DE MIS PECADOS, INSCRIBE MI NOMBRE EN EL LIBRO DE LA VIDA, CREO QUE TU ERES EL HIJO DE DIOS Y TE RECIBO COMO MI SEÑOR Y SALVADOR, CONSAGRARE MI VIDA A SEGUIRTE . AMÉN Y AMÉN".
BIENVENIDO AL REINO DE DIOS !

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Dios te bendiga en el nombre de Jesús!